Chile: el principio del fin de la dictadura sanitaria

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Por Pablo Salinas

Tras catorce meses desde su imposición obligada, las primeras pero elocuentes señales del comienzo del fin del estado de trastorno cívico y constitucional que afecta a Chile se han empezado a manifestar durante estas últimas semanas. Como sabemos, en marzo de 2020 la hipermediatizada pandemia del Covid propició una generalizada sobre-reacción por parte de la mayoría de los gobiernos del planeta, los que impusieron, bajo el pretexto de apuntar a contener el avance de la epidemia, una serie de medidas excepcionales, muchas de estas abiertamente fuera de todo marco legal, como también carentes de sustento y validez científica.

El gobierno de Piñera, que desde octubre de 2019 venía a duras penas sorteando un clima de descontento y efervescencia social como pocas veces antes visto en la historia del país, recibió la emergente amenaza del brote epidémico con alcances mundiales como un inesperado salvavidas. De esta manera, se le presentó una oportunidad de oro para imponer sobre todo el país un régimen de control de excepción, la que no dudó en aprovechar: ya el 18 de marzo decretaba estado de catástrofe, auto-otorgándose un abanico de atribuciones extraordinarias. En rigor, renovándose, esta vez sin ningún contrapeso, atribuciones que las revueltas lo habían llevado a otorgarse.

En Chile, desde entonces, no solo se prolongó el toque de queda, sino que además se sumó un severo plan de restricciones sobre la ciudadanía: uso obligado de mascarillas incluso en la vía pública, limitaciones en el número de integrantes para las reuniones familiares, encierro domiciliario, salidas solo mediante autorización, entre otras medidas dictatoriales. Junto con esto, una de las más potentes e invasivas campañas de vacunación a nivel mundial.

Mayo 2020. En plena calle, Ministro de Defensa de Chile anuncia la integración a la campaña anti-Covid de un actor inusual: el comando boinas negras del Ejército.

Tras el aturdidor impacto del hiper-mediatizado fenómeno pandémico, la comunidad chilena empezó poco a poco a reaccionar, haciéndose oír las primeras voces críticas. Hasta mediados de 2020, la disidencia se manifestaba solo a través de escasos medios comunicacionales independientes -como Radio El Mirador del Gallo-, pero ya junto con el fin del invierno, distintas agrupaciones de profesionales del ámbito médico y jurídico comenzaron a expresar un plan de acción más articulado.

Si bien casi la totalidad de las acciones legales que se interpusieron en el intento por desactivar alguna de estas medidas liberticidas habían sido rechazadas por los tribunales, hoy la situación ha empezado a variar. En abril, la Corte Suprema anuló una sentencia en primera instancia contra un sujeto por haber infringido tres veces el toque de queda, al considerar que el circular solo por la vía pública en ningún caso significa atentar contra la salud de terceros, y recién hace pocos días la Corte de Apelaciones de Valparaíso resolvió que la falsificación de un permiso de desplazamiento no constituye delito. Junto con esto, el ritmo de la inicialmente muy exitosa campaña de vacunación va mostrando una considerable y progresiva baja.

Los primeros reveses contra la dictadura sanitaria consignados por la prensa oficial

En paralelo, tras arduas gestiones, miembros de “Médicos por la libertad” y “Abogados por la verdad”, dos de las organizaciones que trabajan en pos de la restitución de los derechos ciudadanos suspendidos, lograron concretar hace pocos días un primer contacto con el mundo parlamentario, al reunirse con el diputado por el distrito 28 Karim Bianchi, y de esta manera lograr exponer algunas de las múltiples irregularidades del plan de medidas de pretendida orientación sanitaria. El congresista se comprometió a citar a representantes de estas agrupaciones para exponer ante las comisiones de Salud y de Ciencia de la Cámara.

Como una muestra del grado de madurez que alcanzan hoy los colectivos que luchan en Chile contra esta verdadera dictadura sanitaria, este sábado 22 de mayo se llevará a cabo un segundo Simposio Médico-Jurídico (el primero se realizó en diciembre de 2020), en el que intervendrán diez profesionales nacionales, como los médicos Pablo Porcel, Rodolfo Neira y Dan Macías -los dos primeros de la U. de Chile, el tercero de la U. Austral-, y los abogados Atilio Gárate y Marcelo Vergara, entre otros. Además, participarán en calidad de invitados figuras internacionales, como los italianos Angelo Giorgianni -ex-magistrado y artífice de la demanda internacional en la Corte Penal de La Haya contra las políticas gubernamental “anti-pandemia”- y Pasquale Bacco -médico forense que alcanzó notoriedad mundial al conseguir realizar las primeras autopsias a víctimas del Covid en Italia-.

El próximo mes de junio será nuevamente el Congreso el responsable de decidir si le prolonga los poderes extraordinarios a Piñera -cuyo índice de aprobación ciudadana no sobrepasa el 10% según los últimos sondeos-. La cada vez más notoria carencia de todo sustento científico y legal de las medidas extraordinarias -para combatir una enfermedad cuya letalidad ya la misma OMS reconoce andar muy por debajo de lo inicialmente pronosticado- hará que esta vez cualquier decisión favorable a una nueva prórroga sea leída como un gesto exclusivamente político, como una arbitraria y grosera manera de dar respaldo a uno de los gobernantes más impopulares de la historia de Chile.

En otras palabras, caído el velo, la farsa ya no resulta para nada tan simple de mantener en pie y, así, la recuperación de los derechos cívicos suspendidos se ve cada vez más próxima.

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5 comments on “Chile: el principio del fin de la dictadura sanitaria

  1. Si tienen que bajarse la aplicacion telegram.. Alli no hay sensura y sabran muchas noticias que los medios de informacion nacional no cuentan

  2. Ya era Hora compatriotas que estos satánicos terminen con esta farsa de la plandemia. Si uno mira las mismas estadísticas del Minsal se dará cuanta que hay 1.700 mil contagiados y 1.650 mil recuperados, entonces te preguntas ¿cuál es la pandemia?, ¿porqué todavía nos tienen encerrados, con el trapo en la cara y más encima continúan vacunando con el experimento a las personas ?
    Dios escuche y el Diablo se haga el sordo, la mentira necesita justificarse, la verdad se justifica a si misma.
    Desgraciados, sinverguenzas, todos estos políticos de pacotilla y los medicuchos y los pseudoperiodistas van a tener que responder por las mentiras.
    Saludos

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